19 de julio de 2014

POLLO PARATY

El pollo marinero (VÍDEO DE LA RECETA E INGREDIENTES AL FINAL)


Hace un par de semanas que regresamos a casa. Salimos el sábado 21 rumbo a Lisboa con la intención de traer a su nueva "casa" al Paraty, un velero made in USA, un Hunter 34 que nuestro amigo Manolo se acababa de comprar de segunda mano en la capital del país vecino.

Los dioses estuvieron de nuestra parte y tuvimos bastante buen tiempo y vientos a favor con lo que la travesía no se nos hizo dura, al contrario, hubiéramos agradecido algo más de "jaleo".

Mis compañeros de travesía eran Manolo el nuevo dueño del Paraty que corría con todos los gastos del viaje, Piraña, Chico y yo.

Desde el primer momento intentaron reclutarme para la cocina, pero en un barco... como hagas algo bien... o medio bien... o incluso aunque lo hagas mal..., como lo hagas... lo tienes que hacer siempre, así que alegué "depresión" para librarme de lo que hubiera sido mi destino en todo el trayecto. Además, Manolo se ofreció a invitar a un restaurante cada vez que paráramos en puerto y yo le tomé la palabra.

El único plato que cociné en todo el viaje, para que no se me tachara de cocinero flojo, fue un plato de pollo con champiñones que acabamos llamando "pollo Paraty". Algo parecido con algún toque que le di a la hora de prepararlo en casa es el que os traigo hoy al blog. Al final os dejo la receta escrita y la explciación de cómo prepararlo.

El itinerario que seguimos en el viaje fue el siguiente:

Sábado 21: de Málaga a Lisboa en coche. Nos llevó nuestro amigo Antonio "Transporter" que regresó ese mismo día a Málaga. Lo peor del viaje (o lo mejor según como se mire) es que apenas pegamos ojo esa noche. Esther, la mujer de Piraña, había organizado una fiesta en Los Baños del Carmen, un precioso enclave de nuestra ciudad. Tuvimos que ir "por compromiso" a la fiesta, con la intención de acostarnos bien tempranito para estar en forma para partir al día siguiente a las 7:30. Es cierto, regresamos a casa bien tempranito, a las 7:25. Justo para que Antonio no tuviera que esperar mucho tiempo.

Llegamos al barco sobre las 14:00. Allí nos esperaba Manolo con su flamante nuevo barco. Comimos de menú en el mismo puerto unos arroces con influencia colonial y unos pescados rebozados (sardinas y mero) que la verdad no eran nada del otro mundo.

Después de comer y hacer un poco de sobremesa, Manolo y yo fuimos a comprar algunas cosillas para abastecernos en la travesía aunque no demasiadas porque en principio nuestra idea era de ir parando para comer o cenar y no cocinar demasiado en el barco, no es agradable cocinar dando tumbos.

El río Tajo a su paso por Lisboa. Desde aquí partimos rumbo a Málaga

Manolo con su "Paraty" (el segundo barco detrás de mi amigo)


Un arroz caldoso con frijoles que nos gustó a todos

Este arroz con langostinos y almejas tenía demasiado cilantro para el gusto de los que lo probamos

Mero rebozado, bueno... pero nada especial

Sardinas rebozadas. A un grupo de malagueños no nos parecieron gran cosa. ¿Estaremos mal acostumbrados?
Domingo 22: Lisboa-Sesimbra. Partimos de la capital portuguesa tras desayunar en el hotel que había junto al atraque del barco.

El día amaneció nublado y terminamos parando en Sesimbra a la hora de comer porque nos estaba cayendo la mundial y navegábamos con el viento de proa lo que resultaba muy incómodo.

El día mejoró y nuestra suerte también. Nos recomendaron "O lobo do mar" una taberna marinera que había cerca del puerto donde atracamos. Nos acercamos andando al restaurante al que llegamos en unos pocos minutos. Fue lo mejor del viaje. Os lo recomiendo muy mucho. Allí hacían todo tipo de pescados a la parrilla. No os podéis imaginar que sitio. Limpio, agradable, barato... y los pescados que probamos un escándalo de ricos. El postre también nos sorprendió gratamente. Pedimos para compartir un "molotov", una especie de budín típico de Portugal con el que disfrutamos entre los cuatro.

Pasamos el resto de la tarde arreglando la pequeña zodiac pinchada que le vendieron a Manolo con el barco y haciendo alguna compra.

Para cenar dimos cuenta del "pollo Paraty" que fue todo un éxito. Unas copitas en cubierta y a dormir tempranito... lo que sería la norma durante todo el viaje. Bueno, eran los primeros tramos, ya llegará el momento de darnos un garbeo.

La cara de Chico, el arcoíris y las nubes del fondo fueron el presagio del tormentón que nos esperaba

"O Lobo do mar", el mejor restaurante que visitamos en todo el viaje. Si vais a Sesimbra no lo dudéis

Este "salongo" nos lo hicierón a la parrilla y fue el pescado que más nos gustó. Una maravilla que no había probado antes

La garoupa (cherna, mero) a la parrilla fue otra delicia, pienso probar a hacerlo en casa y seguro que lo publicaré en el blog

Este es el delicioso salongo. Se me hace la boca agua cada vez que miro esta foto

La jibia (sepia o choco) también estaba deliciosa a la parrilla y un mejunje hecho con su tinta, aceite de oliva, ajo y perejil

Comimos y bebimos 4 zampones por 85,70€ (23% de IVA incluido) con cafés, orujos y copa a las que nos invitaron

Este es el auténtico "pollo Paraty", el que cociné en el barco


Lunes 23: Sesimbra-Sines. Nada más despertar salimos con rumbo a Sines que era el pueblo al que teníamos pensado llegar el domingo. Atracamos al atardecer.

Sines es un pueblo precioso, muy marinero y cuna de Vasco da Gama. Desde el puerto deportivo fuimos andando cuesta arriba hasta el centro que al estar en alto tiene unas vistas estupendas de la playa de su más ilustre paisano así como del puerto deportivo donde atracamos.

También nos llovió un poco y como era lunes el restaurante de pescados que nos recomendaron los marineros de Sesimbra estaba cerrado, así que comimos en "O alentejano".

Nos atendió una chica que hablaba perfectamente el español porque estaba casada con un jerezano. Era alta, guapa, delgada y simpatiquísima. Sus padres estaban en cocina y ella y su hermana, también bastante guapa y simpática, atendían las mesas.

Como era lunes y estábamos un poco cansados de comer pescado, probamos secreto ibérico (Sines está en Portugal pero a la misma altura del sur de Badajoz o norte de Huelva así que su "porco preto" es tan bueno como el ibérico español) con patatas fritas y huevos fritos pero con la peculiaridad de que lo acompañaban de fruta fresca en rodajas: piña, melón, melocotón, fresón, plátano, pera y manzana. Una costumbre alentejana por lo visto. Estaba bien rico y la fruta pegaba bastante (el plátano y el fresón no los probé porque no me agradan) y refrescaba la carga grasa del plato.

Después de cenar nos tomamos un combinado en el mismo restaurante y a dormir al barco. Pero chicos, estamos en el pueblo, nos han recomendado terrazas de verano... ¿no? Bueno, otro día será.

Entrada al puerto de Sines

La "Praia Vasco da Gama" y el puerto de Sines donde atracamos vistos desde la carretera que sube hasta el pueblo

Nada más llegar al pueblo por la cuesta que sube desde el puerto darás con la estatua de Dom Vasco

El "porco preto" al estilo alentejano nos gustó mucho a todos

Martes 24 - Sines-Lagos. La etapa reina de nuestro viaje debía ser esta. De Sines hasta pasado el Cabo de San Vicente no hay donde resguardarse así que si el tiempo se ponía feo íbamos a pasarlas... canutas.

Pensamos en salir de madrugada para llegar a una hora prudente a nuestro puerto de destino (todavía sin decidir). No nos pusimos despertador porque normalmente tengo el sueño ligero. A las 2:30 estaba en píe y Piraña lo hizo un poco más tarde. El tiempo y la mar estaban buenos y decidimos salir.

Alas 4:00 estábamos navegando y la temida etapa se nos pasó volando. Sin darnos cuenta pasamos San Vicente donde cambiamos de dirección y el viento se puso a nuestro favor y pudimos por fin abrir las velas y apagar el motor. Un gustazo.

Decidimos llegar hasta Lagos. La entrada hasta el puerto se hace pasando junto a unos acantilados preciosos y por un río también muy bonito. Nada que ver con el puerto (Marina Lagos) que parecía un centro comercial más que un puerto marinero. El pueblo no llegamos a visitarlo aunque parecía agradable.

Cansados mis compañeros después de la larga travesía (cosa que no puedo entender) cenamos en una pizzería del mismo puerto donde nos encontramos con un grupo de ingleses que ya habíamos visto en Sines atracados en unos cuantos veleros (12-14) que viajaban juntos haciendo una especie de rally muy festivo. Los llevábamos por popa en la lejanía durante toda la travesía y al fin los conocimos tras esta cena.

Nadie se animo a conocer el pueblo, como digo mis amigos estaban "derrotados". A estos cuando sean viejo no los sacan de casa ni los bomberos.

Por la mañana pretendíamos salir temprano, a las 8:00 de la mañana, hora a la que se abre el puente peatonal levadizo que cierra la salida de Marina Lagos. No puedo ser, un problema eléctrico en el motor nos impedía arrancar. Compró Manolo una batería nueva, pero no era ese el problema. Decidimos buscar algún mecánico y cuando Chico y yo estábamos a punto de quedar con uno, nos llamaron desde el barco... Manolo y Piraña habían dado con el problema. Un tornillo mal apretado que sujetaba el cable de la batería al motor de arranque se había soltado y este no recibía electricidad. Partimos a las 11:30 de la mañana con la idea de llegar por fin a España.

Miércoles 25 - Lagos-Mazagón. La etapa que se nos hizo más pesada fue esta.

En un primer momento, antes de salir pensábamos parar en Tavira donde Manolo quería invitarnos a almorzar unas ostras en un restaurante bien chulo que conocía y después pensábamos pasar noche en Punta Umbría donde Chico tiene una casa de su familia y Pepe "El Tabla" tiene un restaurante en la playa que quita el hipo y seguramente con flamenquito. ¡Una M....! ¡Mi gozo en un pozo!.

Ya era miércoles y no queríamos llegar a Málaga más tarde del viernes así que decidimos no parar ni en Tavira ni en Punta. Con dos pelotas decidimos llegar hasta Mazagón donde no teníamos nada ni conocíamos nada ni pensábamos tomar nada.

Llegamos bien entrada la noche y la entrada a Mazagón desde poniente es la más larga y la peor señalada que he visto jamás. Era tan tarde que ni siquiera entramos en puerto, atracamos en el muelle de espera (a la entrada del puerto) para salir nada más despertar.

El Paraty atracado en el muelle de espera de Mazagón


Jueves 26 - Mazagón-Barbate. Como dijimos, salimos de Mazagón nada más desayunar y asearnos. Nuestro destino este día era Barbate donde pretendíamos llegar para cenar en el archifamoso "El Campero" y saborear las delicias del atún rojo de almadraba.

Efectivamente llegamos al atardecer al puerto de Barbate que me pareció un ejemplo de tantos del despilfarro de dinero público con el que algún politicucho se habrá llenado los bolsillos mientras otros pierden su empleo... su casa. ¡Qué os voy yo a contar!

La cena en El Campero estuvo bien pero como suele suceder cuando te hablan tantas maravillas de un restaurante, al final decepciona un poco. Me quedo con un sitio que está muy cerca, en Zahara de los AtunesCasa Juanito, su morrillo de atún a la sal para mi no tiene rival. ¡Eh! que no quiero decir que comí mal, no, comí estupendamente pero mi Juanito es mi Juanito.

La variedad de cortes del atún que hay en El Campero no la encontrarás en ningún otro sitio. No se que amigo me dijo que había probado allí hasta una piruleta de semen de atún, ¡chúpate esa marquesa...!. Nosotros probamos algunas piezas que estaban muy ricas como el contramormo guisado e incluso el corazón de atún que me recomendó Paqui, la señora que vendía cupones y que degustamos de tres formas distintas. Lo mejor que probamos esa noche fué el tartar sin duda.

Como era la última noche juntos porque al día siguiente pretendíamos hacer del tirón Barbate-Málaga, era la única oportunidad que me quedaba de trasnochar un poquito. Pues eso, un poquito, nos tomamos una copa en un bar y al barco.

Viernes 27 - Barbate-Málaga. Salimos del puerto de Barbate y prácticamente en la misma bocana "nacía" la almadraba. Pasamos entre la playa y las primeras partes de este tradicional arte de pesca y la fuimos dejando atrás.

Comenzábamos a afrontar el Estrecho de Gibraltar que ese día parecía inofensivo. El mar era un espejo. Lástima que en la lejanía había neblina, si el cielo hubiera estado más claro sería una imagen de postal con África a un lado y Tarifa al otro.

Una vez pasado el Estrecho, la Bahía de Algeciras plagada de trafico marítimo y de manadas de delfines, Gibraltar y horas de monótona navegación a la caña de un barco a motor, sin olas ni viento y rodeado de tres aguerridos marineros durmiendo después de tanto trasnochar los días pasados. A unos 7 nudos, el seguro Paraty nos llevó a puerto bien entrada la noche.

INGREDIENTES:
  • Contramuslos de pollo sin piel (8)
  • Ajo (8)
  • Limón (1)
  • Champiñones pequeños (1 kg)
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Aceite de oliva
  • Romero fresco (una ramita)
PREPARACIÓN:
  • Si los contramuslos de pollo tiene piel o grasa, retíralos.
  • Pon un chorro de aceite de oliva en la cazuela.
  • Dale un golpe a los ajos y échalos a la cazuela.
  • Incorpora el pollo, salpimenta y dóralo.
  • Corta la "raíz" a los champiñones y límpialos con un papel o paño húmedo y añádelos a la cazuela con su sal correspondiente.
  • Añade la ramita de romero, el limón cortado por la mitad.
  • Incorpora el vino fino y cuando evapore el alcohol añade el vaso de agua.
  • Tapa la cazuela y deja cocer 25 minutos
  • Destapa y deja reducir la salsa.
  • Retira el limón y las pieles de los ajos que se habrán soltado.
  • Sirve y DISFRUTAD.

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